En el Mundial de Fútbol de (creo) México 1986, Diego Armando Maradona, el Messi de aquella época, marcó, frente a Inglaterra, un gol con lo que se dio en llamar "La mano de Dios", que fue en realidad un gol ilegal, fraudulento, con la mano, haciendo creer al árbitro y asistentes que había golpeado con la cabeza.
El pasado lunes, 31 de mayo, Israel interceptó un barco cargado no sabemos si de armas o de ayuda humanitaria, pero en todo caso de fanáticos antisemitas. Dejando de lado que el estado judío se vio obligado a eliminar a varios de éstos, lo que llama la atención es el especial interés, propagandístico, de los mass-media de ir cambiando sucesivamente el nombre del buque para tratar de vender la noticia cuanto más antisemita mejor.
Primero, se habló de "La flotilla de la paz" (sic), a pesar de ir seres turcos, árabes, con turbantes, kufiyas y demás símbolos "pacifistas". Después, se habló de "La flotilla de la libertad", seguramente porque su destino era liberar Gaza (es una ironía, por si no lo habían pescado).
Pues bien, me pregunto yo por qué no han acabado los mass-media llamando al buque antisemita algo así como "La flotilla de Dios", ya que, aunque dijeran que su cargamento era "ayuda humanitaria" (gol con la cabeza), en realidad ya sabemos que lo que deseaban meter en Gaza a toda costa (y nunca mejor dicho) era armamento de todo tipo para Hamás.
El que, además de turcos (que eran la mayoría), en el buque viajaran europeos de todas las nacionalidades confirma mi artículo de semanas atrás sobre el imperio genocida de los armenios, y las razones por las que debe ser admitido en la Unión Europea. No exageraba. He aquí la prueba, en forma de "Flotilla de Dios", aunque no venida del cielo.