En los últimos años ha sido frecuente escuchar la expresión "terrorismo de estado" asociada a Israel, con motivo de las operaciones de represalia o respuesta llevadas a cabo por ese país contra las multinacionales del terrorismo (Hamás, Al-Fatah, Hizbulah...).
Pues bien, teniendo en cuenta que "terrorismo de estado" es la violencia o coacción ejercida por un poder público sobre sus súbditos, resulta que comprobamos (empíricamente) que Israel no ejerce ningún tipo de "terrorismo de estado", porque, antes al contrario, los actos de violencia o coacción de Israel (siempre defensivos o preventivos, como cuando en 1981 destruyó la central nuclear de Osirak, en el Irak de Satán Husseín -¿no decían los antimundialistas antiliberales que Satán Husseín no tenía armamento nuclear ni armas de destrucción masiva?-) son operaciones encaminadas a garantizar la seguridad de su población civil, esto es, de sus súbditos. ¿O es que los terroristas de Hamás son israelíes? ¿O es que los terroristas de Al-Fatah son israelíes? ¿Y los de Hizbulah?
Ejemplos de "terrorismo de estado": la Rusia Comunista (llamada, para despistar, URSS) -afortunadamente, ya difunta- (ya que envió muchos súbditos a los gulags); la Cuba de Fidel Castro (media Cuba se refugió en Miami, para protegerse del brutal régimen comunista); la España de Franco (los rojos que ejecutaba eran de nacionalidad española); la Segunda República española (el actual diputado del PSOE, partido hoy gobernante, Santiago Carrillo se cargó, sólo en Paracuellos del Jarama -Madrid-, a más de 5.000 personas, todas de pasaporte español, aunque ninguno pensaba como él -por eso se los cargó-); el Irán de Ajmierdinellad, que en estos días está haciendo -en abierto- limpieza de opositores; la Venezuela del golpista Chávez; la China actual (comunista -¡cómo no!-); Corea del Norte (aunque ningún periodista progre nos informe de lo que allí pasa); el islámico régimen de Sudán, que está aniquilando a los cristianos y animistas, del sur; etc.
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