domingo, 21 de marzo de 2010

Medidas contra la crisis

Medidas que propongo contra la crisis:

1) Abolir la monarquía. Creo que para la Casa Real hay asignada una porrada de dinero público al año. El cacique de Marruecos (Hassan II), amigo íntimo de ZP, gasta el triple que los borbones españoles. No nos consuela, pero nos hace tomar idea de lo que chupan ambas casas reales.

2) Reducir los sueldos de los políticos prácticamente al mileurismo. No hay nada como saber con cuánto vive la mayoría de la población para gobernar con los pies en el suelo. Además, con sueldos de mil euros nos empezaríamos a creer eso de que "los políticos tienen una vocación de servicio a la ciudadanía".

3) Abolir las autonomías. No hay en esto ningún fin antinacionalista. Al contrario, soy partidario de una superdescentralización de una única administración. Por otra parte, como decía, no estoy contra los nacionalismos: hay que dotar de los mecanismos democráticos necesarios para que los territorios que así lo quieran puedan independizarse y ser países independientes. Pero ¡ojo!, una vez independientes, son independientes de verdad; no valdrá decir: para esto soy independiente, y para esto otro, no.

4) Privatizar todas las empresas públicas con pérdidas que no estén destinadas al interés común (es decir, que no presten un servicio esencial para la comunidad), empezando por Radio Televisión Española (RTVE). ¿Para qué queremos una cadena de televisión pública con pérdidas, cuando no se trata de algo esencial para la población (no es un tema de salud, ni nada parecido), y, además, está manipulada políticamente?

5) Tramear aún más el IRPF, de modo que se cumpla lo más posible con el principio de progresividad.

6) Establecer, en el IRPF, la modalidad directa (real: ingresos menos gastos) como la única para los empresarios autónomos, para que su contribución directa a las arcas públicas sea justa.

7) Eximir de tributación a las sociedades que reinviertan sus beneficios, bien en activos fijos productivos bien en reforzar su capital social. Esta medida (sólo para las sociedades), unido al punto 6), significa promover la constitución de sociedades, aunque sean familiares, haciendo tributar progresivamente, no proporcionalmente, los beneficios de la sociedad distribuidos de forma indirecta (vía aumento de rendimientos del trabajo del socio trabajador). Por su parte, los beneficios distribuidos directamente (dividendos) estarían en el medio: tributarían proporcionalmente, no progresivamente, pero no estarían exentos de tributar.

8) Reducir la tributación indirecta (sobre todo, el IVA), rebajando los tipos impositivos (3%, 7% y 16%, actualmente), excepto para artículos de lujo, para los que se crearía un supertipo (¿del 25%?). Con ello, los bolsillos de los consumidores dispondrían de más dinero, lo que movería positivamente la economía real, incentivando el consumo, sobre todo de productos no de lujo.

9) Exención de tributación directa para las prestaciones de planes de pensiones, manteniendo la actual desgravación de las aportaciones. El sistema actual es un engañabobos: lo que hoy te desgravan, mañana te quitan, cuando eximir de tributación vía IRPF no supone perjudicar las arcas públicas, dado que, tras cobrar la prestación de pensión privada, ese dinero tributaría de forma indirecta (IVA), mediante el consumo, de la misma manera que el punto 8). Además, ello supondría incentivar el ahorro a larguísimo plazo, lo que es esencial para la economía, pues ese dinero financiaría de forma estable el tejido industrial productivo durante décadas.

10) Suprimir la desgravación IRPF por compra de vivienda habitual, estableciendo una superdesgravación para el alquiler de la misma. El principal efecto para la economía sería flexibilizar el mercado de trabajo por la vía de la movilidad geográfica, tanto para trabajadores como para autónomos y empresarios. Para completar la jugada, se dotaría al alquiler de plena seguridad jurídica, protegiendo al arrendador en sus derechos (cobro puntual, buen trato al inmueble, desahucio-exprés...).

11) Tributación de los ahorros con un único tipo fijo (¿el 12% ó el 15%?), inferior a los dos actuales (19% y 21%), para incentivar el ahorro, como base de la economía.

Se admiten otras propuestas y/o mejoras de éstas.











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